Escruta cada detalle desde el banco. No solo presta atención al juego. Examina a sus jugadoras, sus expresiones, sus emociones. Sabe lo que sienten porque ella estuvo ahí y experimentó esas mismas sensaciones durante dos décadas. Como jugadora, fue maestra desde la calma, un metrónomo infalible que mantuvo su vigencia hasta 2015.
Un año después, se sentó en el banquillo de la selección española femenina para dirigir, con la misma serenidad, la etapa más exitosa del combinado nacional. Cabeza fría y mente abierta. "Mi labor es como la de un termostato", explica acerca de una tarea que ejerce de manera discreta y va más allá de la gestión emocional.
Acumula 12 entorchados mundiales, 9 como jugadora (cinco por parejas y cuatro con la selección) y 3 como seleccionadora; precisamente tres de los cuatro consecutivos que ha conquistado España.
El último en Doha, hace tres días, una victoria que consolida la hegemonía española de la mano maestra de Icíar Montes, la mujer tranquila.
¿Qué se siente al ganar un título como éste?
Son muchas emociones: alegría, satisfacción, orgullo por la actitud y nivel de las jugadoras, por saber que es algo compartido por todos. Es un honor para mí poder ayudar en el ámbito federativo. Estamos viviendo una segunda época dorada del pádel español, contamos con excelentes jugadores en todas las categorías.
¿Cómo se vive en el banquillo una final de un Mundial?
Se vive con nervios por dentro, con responsabilidad, con atención máxima a lo que está sucediendo en cada momento. Intento transmitir serenidad y confianza a las jugadoras, sin dejar de ser asertiva en la comunicación.
Ellas están dentro y las emociones están a flor de piel; mi labor fuera es como la de un termostato, regular la temperatura y mantener la cabeza fría sin perder la empatía. Es esencial entender lo que están sintiendo en la pista y lo que sucede en el juego, momento a momento.
¿Cómo preparaste la final ante Argentina?
Traía una idea en la cabeza que se fue fraguando a lo largo de la semana, según iba viendo a mis jugadoras y también a las rivales. Pero no quise anticiparme hasta alcanzar la última ronda y hablar con el equipo. Es fundamental hablar con ellas, escucharlas, saber qué piensan. Es un sentir del grupo, yo tengo plena confianza en ellas y siempre las voy a escuchar antes de tomar cualquier decisión.
¿Por qué optaste por esa alineación?
Una vez comentado con ellas, lo que teníamos claro es que no íbamos a especular. Prudencia y máximo respeto sí, porque hay que ganar en la cancha y nunca fuera, pero, a su vez, siendo conscientes de que todo el mundo quisiera contar con nuestro equipo, con el elenco de jugadoras que lo conforman.
¿Cuándo decidiste la composición de las parejas?
Contábamos con dos parejas hechas, actuales números 1 y 2 del ránking, y una tercera que formamos con Patty (Llaguno) y Martita (Marta Ortega) por la buena sintonía que tuvieron al jugar juntas. Ellas jugaron un partido complicado contra Brasil, lo sacaron adelante y las vi convencidas. Igualmente hubiera sido juntando a Lucía (sainz) y Patty, eso es lo gratificante de contar con jugadoras tan profesionales.
Tamara arrastraba una lesión en el brazo y necesitaba descansar. Su apoyo y actitud con el equipo ha sido muy valiosa, al igual que la de Lucía, Martita y Patty, que no llegaron a entrar en el tercer punto. A estas cosas me refiero con que todas son esenciales, todas suman, dentro y fuera de la pista.
Mantuviste las parejas ya formadas ¿Por qué?
Porque Gemma/Ale, Ari/Paula, son las parejas que han demostrado estar más en forma esta temporada; son las 2 primeras del circuito profesional, salvo que hubiera algún problema físico, ¿para qué iba a separarlas?
¿Por qué elegiste a Paula y Ari de pareja 2?
Sinceramente, no era tan prioritario el orden de entrada a pista. Fue más un sentir que se unió a una imagen de mi cabeza. Lo tenía visualizado, era una imagen clara que compartí con ellas.
Sabíamos que con un 2-0 no se jugaría el tercer partido, así nos lo confirmó la organización; pero estábamos preparadas para salir a ganar los 3 puntos en caso de un empate a uno.
¿Cómo enfocaste tu charla previa a la final?
Sin muchos rodeos, las jugadoras ya me conocen. Antes de jugar todo puede pasar, nada se da por sentado y nuestra labor es ponerle toda la actitud y determinación posible. Confiar en nosotras, creer en que se puede y se quiere, y a partir de ahí estar preparadas para afrontar el desafío, punto a punto. Sentirse honradas y privilegiadas por representar a España en otra final de un Mundial; con alegría, orgullosas de la oportunidad que teníamos por delante.
¿Salió Argentina como esperabas en la final?
Sinceramente, no. Era una posibilidad, obviamente, pero pensé que no especularían tanto como para arriesgarse a que una de sus mejores jugadoras (Virginia Riera) no llegara a entrar a la pista en un supuesto tercer punto.
Hay que ponerse en su lugar, con sus circunstancias, tenían que arriesgar y así lo hicieron. Fue una decisión valiente, estuvieron a punto de empatar a uno.
El segundo partido fue muy complicado. ¿Cuál fue la clave para sacarlo adelante?
Delfi (Brea) y Aranza (Osoro) jugaron un partido con un gran nivel y tácticamente estuvieron muy acertadas. El ritmo, los tiempos planteados, juego lento, con volumen, muy pocos errores. De verdad que hay que felicitar a las jugadoras argentinas por cómo rindieron.
Nosotras sabíamos que era un partido igualado, las cuatro jugadoras entre las primeras parejas del ranking, y el hecho de que Delfi y Aranza no sean pareja durante el año es un arma de doble filo, porque no se lee lo que van a hacer, no hay una manera clara de jugar como cuando te enfrentas a parejas hechas, está el factor sorpresa que te obliga a mantener un nivel elevado de alerta en cada jugada.
La actitud de Ari (Sánchez) y Paula (Josemaría), a pesar de los nervios, fue impecable. Solventaron situaciones muy complicadas, supieron cambiar la táctica cuando lo planteamos, y sobre todo, creyeron hasta el final, sacando lo mejor de sí en los momentos claves.
Nuestras jugadoras parecieron muy nerviosas en la final. ¿Acusaron la presión de ser favoritas?
Una final de un Mundial no se vive todos los días, es una ocasión especial, diferente a lo que se vive en las finales del circuito; aquí se siente una presión y una responsabilidad que está por encima de la individualidad como jugador. No sé si consigo transmitirlo, hay que vivirlo para saber lo que se siente.
Las jugadoras fueron una piña. ¿Te costó dejar fuera de la alineación a dos de ellas en la final?
Claro que sí, sabes que todas merecen entrar a jugar, somos un equipo, todas igualmente importantes para lograr el título.
En general ¿Qué impresión tienes de lo vivido en el Mundial, más allá del título?
Es la primera vez que viajo a Qatar, la impresión ha sido muy positiva, nos han tratado muy bien, hay que reconocerlo. La organización, las instalaciones…, creo que ha sido el mejor Mundial hasta la fecha. Haberlo vivido es un privilegio; con el doblete de los chicos, con el equipo directivo de la FEP allí presente; creo que ha sido muy emocionante para todos.
¿Te llamó la atención algún país por su nivel de juego?
Cada Europeo, cada Mundial, notamos cómo sube el nivel de los países, año a año. Estamos en un momento de plena expansión y crecimiento fuera de nuestras fronteras. Es gratificante ver la evolución de los jugadores, muchos de ellos afincados en España, y de la estructura en general del pádel, que precisa de ajustes y cambios ante una nueva realidad.
Gracias a la FEP, gracias al pádel por la oportunidad de vivirlo en primera persona.